Educación financiera desde el punto de vista de los usuarios

Informe sobre educación financiera de FIN-USE

La educación financiera parece ser la nueva palabra de moda, junto con algunas variantes tales como alfabetización o capacidad financiera. Estudios recientes indican que más del 70% de la población se siente incapaz a la hora de adoptar sus decisiones financieras. Los consumidores consideran que las inversiones financieras son demasiado complejas. Alan Greenspan en cierta ocasión remarcó que “Un prestatario bien informado es sencillamente menos vulnerable al fraude y al abuso”.

Pero no nos dejemos engañar por la máxima que dice que cuanto más formado está uno, más educación financiera tiene. Incluso los que más han estudiado pueden ser víctimas de los chiringuitos financieros. Sería una estupidez pensar que la educación financiera es la solución de muchos de los males que padecen nuestras finanzas personales, porque en realidad nunca se puede asegurar que la decisión que hemos tomado sea la “correcta”. Con esta claridad se expresa el Grupo de Expertos en Servicios Financieros de la Comisión Europea FIN-USE en su informe “Educación Financiera: Cambiando a segunda marcha. Previendo el camino a seguir”.

Reconociendo la importancia del papel de los usuarios en el mercado de servicios financieros de la Unión Europea, la Comisión Europea en el mes de Abril de 2004 creó el FIN-USE. FIN-USE es un foro integrado por expertos seleccionados por concurso público de méritos con conocimientos y experiencia en regulación financiera desde la perspectiva de los consumidores. El cometido del FIN-USE incluye responder a las peticiones de la Comisión de opiniones en iniciativas de políticas en el marco de los servicios financieros y actuar de forma proactiva examinando aquellos asuntos que los miembros del foro han decidido investigar. Precisamente el informe sobre educación financiera es una de sus propuestas encaminadas a lograr una actuación de la Comisión Europea.

Aunque FIN-USE apoya sin fisuras la educación financiera, considera que no debe servir de justificación para introducir productos financieros excesivamente complejos. En su opinión el reto consiste en determinar el grado de capacidad financiera que un consumidor medio se espera que tenga para ser capaz de comportarse racionalmente en este mercado complejo.

Hay que tener en cuenta concluye FIN-USE que tener un conocimiento perfecto de todos los productos financieros es imposible. El problema no reside en la natural complejidad de los productos y mercados financieros. Los consumidores no necesitan saber y comprender las tecnicalidades de los productos y mercados financieros. Ellos sólo necesitan saber cuando se necesita un asesoramiento profesional para tomar una decisión de inversión o de crédito. En este sentido, el asesoramiento independiente no sesgado tiene un papel complementario a la educación financiera.

Según FIN-USE los programas de educación financiera deben cubrir todos los productos financieros y dirigirse a fortalecer las habilidades individuales de los consumidores, por ejemplo la habilidad para comparar, analizar, negociar o decidir. La alfabetización financiera -mejor la educación financiera-, es mucho más que enseñar como manejar dinero; se trata de crear consumidores estimulados con poder para evitar cargas financieras innecesarias, termina diciendo FIN-USE.

Referencia

Acceda al texto completo del informe: FIN-USE, Expert Forum of Financial Services Users, “Educación Financiera: Cambiando a segunda marcha. Previendo el camino a seguir”, Bruselas, 2008.

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